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domingo, 3 de octubre de 2010

La Casa Croglin





Augustus Hare - La Casa Croglin




     El Capitán Fisher también nos contó esta extraordinaria historia,
     conectada con su propia familia.
     "Fisher," dijo el capitán, " puede sonar un nombre muy plebeyo, pero su
     familia es de muy antigua estirpe, y por varios cientos de años poseyeron
     un muy curioso lugar en Cumberland, que tenía el extraño nombre de "casa
     Croglin". La gran característica de la casa era que nunca, en ningún
     período de su larga existencia ha habido más que un alto, aunque siempre
     tuvo una terraza desde la cuál grandes terrenos se extendían hacia donde
     había una iglesia, y desde donde se tenía una gran vista.
     "Cuando, a lo largo de los años, los Fisher acrecentaron en la Casa
     Croglin su fortuna y familia, no quisieron cambiar las características del
     lugar añadiendo otra torre a la casa, y se marcharon hacia el sur, para
     residir en Thorncombe, cerca de Guildford, dejando la Casa Croglin.
     "Los Fisher fueron extremadamente afortunados con sus inquilinos, dos
     hermanos y una hermana. Ellos escucharon sus encomiables palabras acerca
     de todos los cuartos. Sus inquilinos vecinos eran todos buenos y gentiles,
     les dieron una gran bienvenida. Por su parte los nuevos inquilinos se
     vieron muy a gusto en la nueva residencia. Era como que la Casa Croglin
     había sido hecha para ellos.
     "El invierno pasó felizmente para los nuevos habitantes de Croglin,
     quienes compartían con todoso los pequeños placeres sociales del distrito,
     y se hacían de esto modo, muy populares. Al siguiente verano, hubo un día,
     muy particular, que hizo un calor terrible, insoportable. Los hermanos
     estaban echados bajo un árbol, con sus libros, ya que hacía demasiado
     calor para llevar a cabo cualquier tarea física. Ellos habían cenado
     temprano, y luego de la cena se sentaron en el porche, disfrutando del
     aire fresco que trajo la noche, y mientras miraban la puesta del sol, y la
     salida de la luna sobre las copas de los árboles que separaban los campos
     del cementerio de la iglesia, con unas nubes bañadas de plata como fondo
     "Cuando se separaron por la noche, cada uno se retiró a su habitación en
     la planta baja (ya que como dije, no había escaleras en esa casa), la
     hermana sintió que el calor era tan intenso que no podía dormir y habiendo
     trabado su ventana, no había cerrado los postigos — ya que en tal
     tranquilo lugar no era necesario — y, apoyada en sus almohadones, aún se
     quedó mirando la maravillosa y espléndida belleza de esa noche de verano.
     Gradualmente se percató de dos luces, dos luces que parpadeaban, en la
     zona de los árboles que separaban el jardín de los campos de la iglesia;
     y, a medida que su vista se prendó de ellas, las vio emerger, y componerse
     en una sustancia oscura, algo horrible, que parecía a cada momento
     acercarse más y más, aumentando en tamaño y sustancia a medida que se
     aproximaba. Durante algunos momentos se perdía entre las sombras que se
     extendían por el jardín, desde los árboles, y luego volvía a emerger, más
     grande que antes, y aún avanzando. Mientras observaba, el más
     incontrolable horror se apoderó de ella. Intentó salir de ahí, pero la
     puerta estaba cerrada y la ventana también, y aún la cosa se acercaba a
     ella. Trató de gritar, pero su voz estaba como paralizada, su lengua
     pegada al paladar.
     "Repentinamente, ella nunca pudo explicarlo porque, el terrible objeto
     pareció volverse sobre un lado, como si fuera a rodear la casa, y después
     de todo, no viniera por ella. Inmediatamente ella saltó de la cama y
     acometió contra la puerta; y mientras trataba de destrabarla comenzó a
     escuchar scratch, scratch, scratch, contra la ventana, y vio un horrible
     rostro marrón con ojos ardientes que la miraba. Aterrorizada, regresó a la
     cama, pero la criatura continuaba rascando la ventana, scratch, scratch,
     scratch. Sintió una especie de alivio cuando se convenció que la ventana
     estaba bien cerrada desde el interior. Súbitamente el rasqueteo cesó, y se
     escuchó una especie de sonido como de picotazo. Luego, en su agonía, ¡se
     dio cuenta que la criatura estaba picando la unión de los vidrios! El
     ruido continuó, y un panel de vidrio cayó dentro de la habitación. Luego
     el largo y huesudo dedo de la criatura ingresó y giró la manija de la
     ventana. La misma se abrió, y la criatura entró en la habitación, y el
     terror de la chica fue tan intenso que no pudo gritar, y la criatura
     entrelazó sus largos dedos en el cabello de ella, y comenzó a arrastrarla
     por la cama. En esta situación violenta se hirió la garganta.
     "Cuando pasó esto, su voz se liberó, y pegó un grito, un alarido con todas
     sus fuerzas. Sus hermanos se despertaron y salieron de inmediato de sus
     cuartos, pero la puerta estaba cerrada por dentro. Fueron a buscar un
     atizador y rompieron la cerradura y entraron. Entonces la criatura ya
     había escapado por la ventana, y la chica estaba sangrando por una herida
     que se había hecho en la garganta, y yacía inconciente a un lado de la
     cama. Un hermano persiguió a la criatura, que corría con grandes zancadas
     bajo la luz de la luna, hasta que desapareció sobre la pared de los
     límites del camposanto de la iglesia. El hermano regresó al lado de su
     hermana que estaba siendo atendida por el otro hermano. Ella estaba
     malherida, y estuvo por morir; pero era de disposición fuerte, no se
     dejaba llevar por el romance o la superstición, y cuando volvió en sí,
     dijo: 'Lo que pasó fue muy extraordinario, y estoy muy herida. Me parece
     inexplicable, pero por supuesto habrá una explicación, y tenemos que
     encontrarla. Debe ser que algún lunático ha escapado de un asilo y ha
     venido hasta aquí.' La herida se curó, y ella se recompuso, pero el doctor
     que fue a atenderla no podía creer que se hubiese recuperado de tan
     terrible shock tan fácilmente, e insistió que ella tenía que cambiar de
     paisaje; así que su hermano la llevó a Suiza.
     "Siendo una chica sensible, cuando fue al extranjero, se interesó por las
     novedades del país en que estaba, secó plantas, hizo dibujos, escaló
     montañas, y, cuando llegó el otoño, fue quien urgió a sus hermanos de
     regresar a Croglin. 'La tenemos desde hace siete años,' dijo, 'y solo
     hemos estado allí uno; y siempre hemos tenido dificultades para encontrar
     casas con solamente un alto, así que será mejor que regresemos. Los
     lunáticos no se escapan todos los días.' Y como ella los urgió, sus
     hermanos no quisieron nada mejor, y la familia regresó a Cumberland. Ya
     que no había escaleras en la casa, les fue difícil hacer grandes cambios
     en su disposición. La hermana ocupó la misma habitación, aunque jamás
     volvió a dejar abierto los postigos. Los hermanos tomaron la habitación
     opuesta a la de su hermana, y siempre tenían pistolas cargadas consigo.
     —El invierno pasó de lo más pacífica y felizmente. En el mes de marzo la
     hermana se despertó una noche por un sonido que le recordó el scratch,
     scratch, scratch, sobre el vidrio de la ventana. Y mirando a la ventana,
     pudo ver claramente, en el panel superior, el mismo rostro marrón,
     horripilante y arrugado, con ojos brillantes, mirándola fijamente. Esta
     vez gritó tan fuerte como pudo. Sus hermanos salieron del cuarto, con sus
     armas en la mano, por la puerta principal y vieron que la criatura estaba
     huyendo por el jardín. Uno de los hermanos hizo fuego y le dio en una
     pierna, pero la cosa siguió corriendo, hacia la pared de la iglesia, donde
     desapareció dentro de una bóveda que perteneció a una familia que habíase
     extinto hacía mucho tiempo.
     "Al siguiente día los hermanos llamaron a todos los inquilinos de Croglin,
     y fueron a abrir la bóveda. Una horrible escena se reveló. La bóveda
     estaba repleta de cajones; todos estaban rotos, y sus contenidos
     horriblemente despedazados y desfigurados, esparcidos en todo el piso del
     lugar. Un ataúd solo permanecía intacto. Ellos levantaron la tapa del
     mismo, y ahí estaba, marrón, reseco, arrugado, momificado, pero aún
     entero, la misma horripilante figuar que se veía por la ventana de
     Croglin, con la marca de un reciente disparo en la pierna; y ellos
     hicieron, lo único que podía hacerse para destruír a un vampiro: lo
     quemaron.

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